El Palacio Real de Sevilla, el más antiguo de Europa
El lugar donde habitaban y desde donde gobernaban los monarcas. Pero si pretendes verlo solo desde fuera, siento desilusionarte, pues se encuentra amurallado, formando una suerte de “ciudad prohibida”, de manera que no se adivine qué hay en el interior.

Y es que esto es algo intrínseco de la tradición arquitectónica musulmana, pues fue precisamente con la dinastía abbadí cuando comenzó a construirse el Alcázar, en el siglo XI. Su uso como residencia real hasta nuestros días le otorgan el honor de ser el Palacio Real en uso más antiguo del mundo.
Reales Alcázares
Pero más que eso, lo que hace único al Alcázar de Sevilla es el hecho de tratarse de varios palacios, situados dentro del mismo recinto. Así, tenemos el patio del antiguo palacio almohade, el palacio mudéjar, el palacio gótico y el reciente descubrimiento de uno nuevo… el palacio del rey Al-Mutamid, el más antiguo y el que parece ser el origen propio del Alcázar, según las nuevas investigaciones.
Todos ellos fueron construidos por diferentes reyes o dinastías, lo que hacen que el conjunto se convierta en una muestra de arte, historia y culturas distintas.
El más famoso de ellos es sin duda el Palacio Mudéjar de Pedro I, llamado así por ser un palacio al estilo absolutamente musulmán, pero construido por cristianos. Es la parte más bella del conjunto, con su gran decoración geométrica, sus techos de artesonado, su arquitectura laberíntica y sus patios interiores. Un lugar aparte se merecen su célebre Patio de las Doncellas o su gran Salón de Embajadores, que son sin duda grandes obras de arte que definitivamente merece la pena conocer.

Un poco de historia
Pero no debemos quedarnos solo con la belleza del Alcázar, pues tras sus muros se esconde una rica historia, ya que en estas estancias vivieron y gobernaron los reyes de Castilla. Esto nos lleva a preguntarnos por qué hay un palacio real en una ciudad que no es la capital, sino una ciudad al sur de España como Sevilla.
La respuesta es que hasta el siglo XVI los reinos tuvieron una capital fija. Los monarcas cristianos se establecían en las ciudades que les parecían más oportunas en el momento para llevar a cabo su gobierno. Pero, eso sí, debían ser ciudades importantes en el mapa, o al menos con un cierto nivel de desarrollo para poder acoger a los gobernantes y a toda su corte. Sevilla, aunque hoy pase casi desapercibida, era una de las más grandes y ricas, de gran relevancia desde su nombramiento como colonia romana. Fue uno de los reinos taifas más importantes, luego fue capital del imperio almorávide y almohade, y tras la mal llamada reconquista cristiana muchos reyes decidieron asentarse aquí. Prácticamente todos ellos hicieron modificaciones en el Alcázar, como los Reyes Católicos, que levantaron la planta alta del palacio mudéjar, llamado el “palacio alto”, o Carlos V, que cambió el techo mudéjar de la capilla por una techumbre renacentista aprovechando su boda en el Palacio.

Jardines
Por último, no menos impresionantes son sus jardines, que con 60.000 m2 de superficie, casi triplican el tamaño de los recintos palaciegos. Entre ellos se encuentran majestuosos estanques, cenadores, obras de arte manierista como la Galería de los Grutescos, una fauna especial constituida por pavos reales y hasta un laberinto. Quizás por ello fueron elegidos como los Jardines del Agua de Dorne en la serie de Juego de Tronos.

todos los días: 9:30-17:00 (octubre-marzo); 9:30-19:00 (abril-septiembre).
cerrado: 1 y 6 enero, viernes santo y 25 diciembre.
general: 14,50€, jubilados y estudiantes: 7€; gratis: nacidos o residentes en Sevilla, menores 13 años, desempleados y discapacitados.
entrada al Cuarto Real Alto no incluida: 5,50€
Para disfrutar al máximo tu experiencia no dudes en echarle un vistazo a la visita guiada. ¡Ven a descubrir el Alcázar conmigo!
Fuentes de las imágenes: 38 -47 (sección 2)
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