El barrio desde donde partían las naves hacia las Indias
El barrio del Arenal se extiende desde Puerta de Jerez al sur hasta la calle Reyes Católicos al norte, con el río a un lado y la Catedral y Alcázar al otro. Su nombre viene de tratarse históricamente de una zona de suelo arenoso, aunque desde hace pocos siglos se haya convertido en el barrio torero, por levantarse en él la Plaza de Toros.
El puerto de Sevilla
Ahora, este barrio está lleno de restaurantes y bares taurinos que hacen alusión a esta tradición, pero antes de eso, el Arenal era el barrio de las gentes de mar, de las Atarazanas, ahora olvidadas, de la Real Aduana por la que pasaban las mercancías provenientes del Nuevo Mundo, y de las orillas donde reposaban los barcos que iban y venían de las Indias. El Arenal era el Puerto de Sevilla, la Puerta de América.
Sin embargo, pocos vestigios nos quedan de esto. Afortunadamente, las autoridades están en marcha para poner cada vez más en valor esta zona. La Casa de la Moneda está recién reformada y las Reales Atarazanas, después de años en el abandono, están en proceso de ser abiertas en unos años. Sin embargo, gran parte de ellas fue derribada en 1945, junto con la Aduana, para construir la Delegación de Hacienda. Y es que Sevilla olvidó que su pasado más glorioso ocurrió en los límites de este barrio, algo que los historiadores y defensores del patrimonio estamos reclamando solucionar.
Toda España, Italia y Francia vive por este Arenal; porque es plaza general de todo trato y ganancia.
lope de vega, el arenal de sevilla
Pasado y presente
Vestigios de este pasado glorioso han quedado descuidados por las autoridades locales, pero aún pueden verse si se sabe buscar. La Torre de la Plata, que acompañó a su hermana la Torre del Oro en la imagen de la Sevilla americana, se encuentra en la actualidad en un parking al que se puede acceder por la calle Santander. Otra visita recomendada es el Hospital de la Caridad, una joya del barroco sevillano que se levantó en algunas de las naves centrales de las Atarazanas, las cuales fueron uno de los edificios más colosales e importantes de Sevilla. El hospital fue fundado por Miguel de Mañana, quien heredando toda la fortuna familiar, la dedicó por entero a la Caridad. Su iglesia está llena de simbolismo y de obras de arte, como los famosos «In ictu oculi» y «Finis gloriae mundi», ambos de Valdés Leal.
La imagen del puerto de Sevilla abierto terminó al levantarse justo enfrente el inmenso teatro de la Maestranza, que si bien otorga a la ciudad una riqueza musical y artística, terminó con la panorámica de la ciudad en la que sobresalían su Catedral y Giralda tras el paisaje portuario. No obstante, merece la pena echar un vistazo a este gran teatro, símbolo de la cultura musical de la ciudad. El monumento a Mozart tiene su explicación en su ópera las Bodas de Fígaro, que transcurre en Sevilla.
No hay que dejar de atravesar el conocido Postigo del Aceite, una de las antiguas puertas de acceso conservadas que nos muestra un poco del entramado de la ciudad en siglos anteriores.
Vida y comida
El Arenal es un barrio tradicional, y no tan masificado por el turismo como el de Santa Cruz o el Centro. Los sevillanos se toman su cerveza al sol, normalmente de pie, en compañía de amigos o familia. La mayoría de ellos ha vivido en el barrio o lo conoce desde siempre. En él se encuentra la hermandad del Baratillo y de la Carretería, unas de las más antiguas de Sevilla, que procesionan el miércoles y el viernes santo, y de las cuales la gente del barrio suele ser devota.
Los bares suelen ser baratos y de tapas tradicionales, como la famosa Bodeguita Romero, el Postiguillo, Restaurante Salas o Pepe Hillo, aunque han aparecido algunos gastrobares de gran calidad como La Brunilda. Tampoco le faltan cervecerías especiales como La Internacional, el local de Sevilla que cuenta con más cervezas extranjeras. Por tener, tiene hasta un Mercado tradicional, el mercado del Arenal, donde se puede encontrar desde comida casera hasta locales de comida vegana (Veganitessen) y auténtica comida italiana preparada en el día por una cocinera de este país (La Cocinera Tremenda).
Si te apetece salir de copas, también esta es tu zona, ya que en el famoso Paseo Colón encontrarás varios bares nocturnos, pero que están ambientados desde las 18.00h en invierno y un poquito más tarde en verano.
Finalmente, junto al Puente de Triana se encuentra el muelle de la Sal, que invita a sentarse y descansar mirando hacia la colorida calle Betis mientras el sol de la tarde se va poniendo lentamente.
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Fuente de las imágenes: 43 – 53 (sección 3)
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