En Europa se iba dejando atrás el pasado para entrar en el Siglo de las Luces, el siglo XVIII, caracterizado por nuevas ideas políticas y económicas, a la vez que por avances científicos, pues la razón se iba imponiendo a las creencias.
El Imperio Español había perdido su hegemonía en Europa y una nueva dinastía de origen francés gobernaba en España tras una guerra civil al haber muerto el rey sin herederos. El comercio de las Indias, ya en declive, se había trasladado de Sevilla a Cádiz. Este siglo supone para Sevilla la transición hacia lo que será su lugar en el futuro, una posición más discreta en el mapa europeo.
Un nuevo pensamiento
La economía evoluciona de una mercantilista a una más industrial, por lo que, para no quedarse atrás, se establece la famosa Fábrica de Tabacos, una de las grandes obras que nos ha dejado esta época. El edificio es un ejemplo de la nostalgia de Sevilla hacia su pasado dorado, cuando era rica y abierta al mundo, pues se inspira nada menos que en la Lonja de Mercaderes, con su estilo puramente renacentista. Y es, a su vez, cuando esta Casa Lonja pasa a tener otra función, la actual: la de Archivo General de Indias. Con la búsqueda de una historia cierta y veraz del pasado indiano para combatir a la ya asentada Leyenda Negra, todos los documentos relacionados con el Nuevo Mundo se traen de todas partes del país para concentrarlos en este lugar, con el fin de que sirvan al conocimiento histórico y redactar una historia verdadera.
La mirada hacia la Europa Ilustrada
Pero no es la única labor ilustrada que se hace en la ciudad. Su asistente (una especie alcalde) Pablo de Olavide mejoró y modernizó la ciudad al estilo europeo. Así, se intentó poner fin a la corrupción política del siglo anterior, se hizo un gran plan urbanístico en el que se limpiaron las calles y se colocaron rótulos en ellas, se mejoró la zona de La Laguna (actual Alameda) y se mejoraron los mercados. En todo ello tuvo mucho que ver el terremoto de 1755, que destruyó grandes espacios y se necesitó una buena restauración de ellos.
A imitación siempre de Europa, se instalaron tertulias literarias y conciertos, pero mientras Sevilla no dejaba de mirar hacia atrás con tristeza por su pasado, el futuro entraba poco a poco en forma de industrialización y producción en serie, y fue el comienzo del olvido de la historia de esta ciudad.
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Foto de portada: Flickr. Sandra Vallaure
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