Hagamos un templo tan grande que quienes lo vieren nos tomen por locos.
Esto es lo que, según la leyenda, dijeron los canónigos de la Catedral antes de comenzar a edificarla.
La Catedral es el análogo del Alcázar como edificio representativo de la Iglesia. Juntos forman el dueto perfecto de poderes político y religioso. Sus orígenes van de la mano, ya que ambos fueron construidos por reinos musulmanes, como palacio y como mezquita respectivamente, y ambos fueron transformados por monarcas cristianos, derribando gran parte de ellos y dejando sólo algunas muestras de su pasado musulmán.
El gran templo
La Catedral de Sevilla es el mayor templo gótico del mundo. Su construcción fue una demostración del poder y riqueza de la Iglesia sevillana. Pero antes de eso, fue la Mezquita Aljama de la ciudad, es decir, la mezquita mayor y principal de Sevilla, de la cual hoy sólo se conserva el Patio de Abluciones (llamado Patio de los Naranjos), con su majestuosa Puerta del Perdón, y, por supuesto, la Giralda, el antiguo alminar.
La Giralda, el símbolo de Sevilla
El primitivo alminar almohade fue convertido en la torre campanario del nuevo templo. Para ello se le añadió el cuerpo de campanas en 1560, cuya fusión con la torre musulmana es lo que la hace tan característica y fascinante para tantos, hasta el punto de ser el símbolo de Sevilla.
Con 104 metros de altura, fue durante siglos la torre más alta de toda Europa (la torre de Pisa mide la mitad y el Big Ben no llega a los 100 metros de altura). Pero para subir hasta su cima no hay que sufrir tanto como en la mayoría de las torres, pues en su interior no hay escaleras sino rampas.
Su nombre le viene por la veleta instalada en su parte más alta, a la que llamó Giralda. Su simbolismo no es otro que la Fe cristiana, y el triunfo de ésta sobre el Islam, y fue la que le dio nombre a la torre. Actualmente se la conoce como Giraldillo, de la cual hay una réplica en la Puerta del Príncipe de la Catedral, para que pueda ser admirado desde cerca.
Aunque el templo se considere gótico por ser el estilo predominante, en realidad la historia de la Catedral no termina cuando se finaliza, sino que a lo largo de los siglos experimentó reformas y modificaciones. Así, encontramos en ella el estilo renacentista, barroco y neogótico, a los que hay que añadir el hispano musulmán primigenio, claro.
Interior
Pero si ya su exterior deja impresionado por su inmensidad, no es nada comparado con su interior, que alberga un gran museo repleto de obras de arte, las tumbas de los reyes que habitaron en Sevilla, el pendón del rey San Fernando, la capa del emperador Carlos V, una espina de la Corona de Cristo y nada menos que los huesos del mismo Cristóbal Colón.
En resumen, una Catedral rica por dentro y por fuera, construida en base a la mezcla de ambas culturas y cuya torre es una de las más famosas del mundo. Una Catedral a la altura de la ciudad que la alberga.
martes-sábado: 11:00-19:00; domingos: 14:30-19:00
general: 11€; jubilados y estudiantes: 6€; gratis: nacidos o residentes en archidiócesis de Sevilla, menores 13 años, desempleados y discapacitados 65%
la entrada incluye la Giralda y la Iglesia del Salvador.
Aprovecha al máximo tu experiencia con esta visita guiada, no te arrepentirás:
Fuente de las imágenes: 61 – 68 (sección 2)
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