A unos metros de la Catedral, escondida tras una fachada que pasa desapercibida, se esconde una de las más bellas Casas Palacio de la ciudad, la llamada Casa de los Pinelo.
Si algo caracteriza a Sevilla, esas son las llamadas casas palacio, famosas por la belleza de su patio principal, alrededor del cual se distribuyen las distintas estancias de la vivienda. Son los llamados “patios sevillanos”.
En este, en la Casa de los Pinelo, se respira paz y tranquilidad, a pesar de estar situada en pleno centro histórico. Sin embargo, se tiene la sensación de encontrarse en otra época rodeado de la belleza de los arcos renacentistas fusionados con el arte mudéjar.
Los Pinelo
De origen genovés, se asentó en Sevilla alrededor de 1470 el comerciante Francisco Pinelo. Su riqueza le llevó a la influencia política hasta obtener varios cargos en el gobierno de la ciudad. Se codeó pues con la aristocracia y local y llegó a trabar amistad con Cristóbal Colón, con quien compartía ciudad natal. Fue uno de los principales promotores para la creación de la Casa de la Contratación, de la que fue nombrado factor, el principal cargo de la institución.
Pero fue su hijo Jerónimo quien inició la construcción de la casa en 1502, comprando varios inmuebles colindantes. Él y su hermano Pedro eran los únicos hijos legítimos de Francisco Pinelo, y ambos fueron canónigos de la Catedral, por lo que al no haber un heredero para la casa, a la muerte de Jerónimo fue donada al Cabildo Catedralicio. A cambio, los miembros de la familia Pinelo fueron enterrados en la Capilla del Pilar de la Catedral, también llamada Capilla de los Pinelo.
El patio principal
Aunque se organiza en torno a tres patios, siguiendo el modelo tradicional (apeadero, patio principal y patio trasero), la joya de la casa es, sin duda, su patio principal. Gran personalidad le otorga el suelo de baldosas, pero también lo hacen único los árboles plantados en él y la fuente de mármol, que suena llevando el agua, y rodeada por columnas de mármol de Carrara. Así se fusionan arquitectura y naturaleza, muy al estilo mudéjar.
Del arte renacentista italiano, lugar de procedencia de la familia, proceden los arcos de medio punto y su decoración con temas mitológicos. Del mudéjar, su construcción en forma de yeserías formando un horror vacui particular.
Su nuevo uso
Durante los años que estuvo en mano del Cabildo de la Catedral, fue residencia de los clérigos más mayores. Sin embargo, en el siglo XIX le llegó la desamortización, comenzando su periplo por diferentes propietarios.
Después de muchas vicisitudes a lo largo de su historia, hoy en día es la sede de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Las asociaciones lo restauraron y abrieron al público. Aunque en conjunto haya cambiado mucho, se ha conseguido que la arquitectura de la casa se conserve prácticamente intacta desde que fuera construida en el siglo XV en algunas de sus estancias.
Desde luego, merece la pena conocer esta casa palacio para adentrarse en la cultura sevillana y en un pedacito de la historia de la ciudad.
Fuentes de las imágenes: 56 -60 (sección 2)
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