La mezcla de lo árabe y lo cristiano
Aunque no es un estilo artístico exclusivo de Sevilla, sí lo es de España, y es que el arte mudéjar se trató de la fusión de elementos característicos del arte cristiano occidental (románico o gótico) y del hispano-musulmán. Por ello, cada región del país tiene sus propias características, dando lugar a diferencias que no hacen sino enriquecer este estilo.

Origen
Las causas de esta mezcla hay que buscarlas en la utilización de constructores musulmanes que permanecieron en el territorio (mudéjares) y en el gusto por el arte tradicional islámico por parte de los nuevos pobladores cristianos y por sus económicos materiales de construcción.
En Sevilla, fue el arte gótico el elegido para realizar esta mezcla, debido a tratarse del arte cristiano imperante en tiempos de la conquista (siglo XIII). Así, tenemos grandes ejemplos de nuestras llamadas “Iglesias gótico-mudéjares”. Se tratan de mezquitas construidas por los musulmanes pero adaptadas posteriormente como iglesias por los cristianos.

Iglesias gótico – mudéjares
Santa Catalina, San Marcos, Omnium Sanctorum, Santa Marina… todas ellas cuentan con una gran belleza, un mismo origen y características comunes. Construidas en ladrillo, el material musulmán por excelencia (pensemos en la Giralda), y algunas de ellas encaladas en blanco, incorporan la piedra en determinados lugares como en la portada o el ábside, es decir, las partes más sagradas del templo.
Por su parte, las cubiertas no son de piedra ni de ladrillo, sino de madera, llamado “artesonado”, utilizando siempre lacerías y formas geométricas tan características del arte musulmán. Sin embargo, su mayor característica es la torre campanario, situada a un lado del templo, cuya tradición procede de la reutilización del alminar propio de las mezquitas, soliendo incluir decoración propia islámica en sus vanos.
El mudéjar civil
Pero no todo el mudéjar en Sevilla son iglesias. También se considera al mudéjar el arte que, construido por cristianos, se sirve del musulmán. Se trata del llamado mudéjar civil, cuyo gran ejemplo es el Palacio Mudéjar de Pedro I en el Alcázar. Aquí, aparte del ladrillo y la madera para los techos, se emplean las yeserías al modo “horror vacui” y cerámicas con decoración geométrica.
Otro ejemplo de mudéjar civil, aunque muy poco conservado, es el Palacio de los Marqueses de la Algaba, hogar del asistente de Sevilla el marqués de la Algaba y protagonista de una de las grandes revueltas de la ciudad, el motín del Pendón Verde, ocurrido en 1521. Actualmente es el Centro Mudéjar, un museo para admirar las piezas que se han conservado en Sevilla.

Pero el mudéjar continuó en el tiempo fundiéndose más tarde con el arte renacentista en palacios como la magnífica Casa Pilatos, en la que el mudéjar puede apreciarse en las decoraciones geométricas y vegetales que se encuentran por todo el palacio.

Este estilo forma parte de la ciudad y la ha permanecido en la cultura artística sevillana hasta desarrollarse ya en el siglo XX el neomudéjar, acorde con el nuevo estilo del arte historicista.

Fuente de imágenes: 24 – 34 (sección 4)
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